Para mí la fotografía tiene que ser espontánea, dinámica y fresca.
Tú pones los sentimientos, los besos, las lágrimas, las sonrisas...Yo las traduzco a imágenes para que las recuerdes toda la vida.
Mi objectivo es captar esos momentos irrepetibles que brotan espontáneos en ese día tan especial. Todo ello amparado con un minucioso trabajo en el que priva la originalidad, la elegancia y la técnica.
Cada foto es, para mí, un reto, un lienzo en blanco del que debe salir una pequeña obra de arte, de el que no se sabe el final, tan solo el principio.